DUERME MI NIÑA, DUERME

DUERME MI NIÑA,  DUERME

Duerme mi niña, duerme de dicha extasiada

que yo cuidaré tu sueño, mirándote arrobado

acariciándote el silente toque de mi mirada

deslizada por tu cuerpo, de éxtasis desmayado

mientras aspiro el aliento de tu boca perfumada

Vuela tu inconsciente por el espacio intangible

soñando que el viento te eleva a lo exquisito

montando en lomos de un pegaso invisible

viajando por entre las nubes del cielo infinito

hacia donde todo es del color de lo posible

Duerme mi niña, duerme con la leve brisa

de la tranquilidad de entre mis brazos estar

que yo esperaré, contemplándote sin prisa

a que un rayo de luz te venga a despertar

y la aurora se ilumine al brillo de tu sonrisa

Excelsa imagen de tu grácil figura postrada

perdida en la fatiga de la desenfrenada unión

que convertimos en esta noche apasionada

con nuestros cuerpos y almas en mística fusión

carne y espíritu al ritmo de un solo corazón

Duerme, duerme mi dulce amada

mientras una caricia de luna baña tu cara

iluminada como un lucero de luz plateada

en el pequeño espacio de mí mirada avára

que paciente espera que llegue la alborada

que deje tu visión clara en mi alma enamorada

Mi boca guarda aun de tus mieles el sabor

mientras mis manos de sus ansias se reprimen

de tocar los erectos botones de rosado color

que coronan las cotas de ebúrneo volumen

de sutil aroma, extracto de jazmines en flor

Duerme mi niña, que yo sueño al contemplarte

quieto, muy quieto henchido de paz y placer

anhelando ver en tus ojos al despertarte

el fuego de la pasión y el deseo renacer

y una vez más… volver a amarte