LA REUNION DE LOS SENTIMIENTOS
En los ámbitos de la fantasía, campos donde se siembran y nacen los sueños, las ilusiones, y la magia, donde los milagros son posibles como la realidad, intangibles como los pensamientos y sin límites como la eternidad, donde suceden cosas como la que les voy a relatar.
Cierta ocasión se reunieron todos los sentimientos, celebrando la reunión, en el interior de un corazón, con el fin de conocerse y establecer la importancia de su identidad.
Comenzó la presentación, y uno de ellos, colocándose al frente, dijo lo siguiente:
Soy el mas buscado, el mas deseado y al que no todos pueden encontrar, soy un camino, soy la meta, soy el final al que los destinos anhelan por llegar, mi cuerpo es de luz y mi color es el rosado, mi rostro un espejo, en el que todos se quieren mirar.
¡Yo soy... La Felicidad!
Al concluir, entre vítores y aplausos se retiró y todos felices se pusieron a reír y bailar.
Dijo otro:
Yo soy una niebla que enturbia la mirada, después de provocar la lluvia de los ojos, salada como el mar, soy el que desdibuja la sonrisa en rictus de suicidio, el que seca el corazón y deja casi vacío, quedando solo yo en su interior, el que envuelve el alma hasta asfixiarla, soy el que muestra la realidad de sus presentes, y el que siempre se queda, cuando los otros se van, el que crece en un instante y tarda una vida para marcharse, soy también inspiración unas veces dulce y otras tan amargas, mi cuerpo es de nubes y mis colores son los grises, mi rostro es solo una sombra que nadie a su lado quiere llevar.
¡Yo soy... La Tristeza!
Después de escucharlo todos bajaron la barbilla, hundiéndola en el pecho, y tristes se pusieron a llorar.
Y continúo la presentación:
Yo soy el viento que refresca la vida, el que da brillo a la mirada, el que renueva la sonrisa, el que da vuelo a la mente en pos del futuro, el que abraza al corazón y lo llena de paz en la espera, soy el tiempo de la calma, soy una fuerte convicción y un guerrero sin armas, soy el asesino del pasado, un guía en el presente y un profeta del futuro, soy el que levanta a los caídos y el que cura sus heridas, soy la fuerza que esgrimen los pueblos oprimidos y la riqueza de los mas desvalidos, el que empuja y mueve y no se cansa, soy la musa que da a los poetas y libertos pensadores las mas sabias arengas y reflexiones dejando sus frases en el aire como un canto a la vida, soy el ultimo en morir cuando el frío hiela y el dolor agobia, mi cuerpo es una estrella y mi color verde azulado, mi rostro es el de un querubín que orgulloso de sus alas se las muestra a Dios.
¡Yo soy... La Esperanza!
A las anteriores palabras prosiguieron un coro de suspiros, y elevando las miradas, esperanzados, todos se pusieron a meditar
Llego en el turno el siguiente:
Yo soy la fuerza que doblega voluntades, el que nubla la mente y enturbia la razón, el que se adueña del espíritu y le roba la piedad, soy el sabor de la amargura y la pesadilla de las noches, el que motiva a las guerras y su horror, el que divide territorios e inventor de las fronteras, el que margina a los débiles y pobres, el que se aplica como escudo del honor, soy el que marca los caminos con veneno, con traiciones y dolor, acérrimo enemigo del olvido y del perdón, mi cuerpo es una tormenta, mi color es el negro mas intenso que la misma obscuridad y mi rostro la maldad.
¡Yo soy... El Odio!
No se escucho ningún sonido o exclamación, todos escondieron el rostro y con los puños apretados odiaron enemigos que en ese instante recordaron.
Prosiguieron algunos mas, hasta casi llegar al final, dándose cuenta que faltaba solo uno, que se reservó el último lugar:
Decidido, se presentó y exclamó:
Yo soy el motor del mundo y creador de la belleza, el que nace en un instante ignorando la razón, el que une, el que se busca y se espera con ansiedad, el que se vive, el que se siente y hace vibrar, el que vale mas que un tesoro y se guarda en el arcon del recuerdo como diamantes, como oro, imposible de valuar, soy el que nace enano y en el tiempo crece, hasta la orilla del cielo alcanzar, soy a veces voluble y otras fuerte como acero, a veces soy volátil y otras imperecedero, soy el mar de la alegría y el campo florecido de ilusiones, soy a veces el llanto de un adiós que me ha alejado, no tengo fronteras, no distingo razas, ni de piel colores, soy el invasor de vidas, de almas, de corazones, en ocasiones soy real y en otras solo un montón de falsas ilusiones, principal motivo de inspiración del canto y la poesía, y en mi nombre se forma la conjunción de los solitarios cuerpos, soy la dulzura de una boca, y el fuego en el sexo, soy pasión desenfrenada con tintes de locura, soy la paz fraterna, una soga que enlaza y ata a las mas sublimes emociones, soy la causa de la inmortalidad del recuerdo y el bálsamo que sana las heridas dejadas por el tiempo, soy hermano de la fe, y padre del perdón espontáneo, mi cuerpo es un rosal de las más bellas rosas, que no niega sus espinas, mi color es encarnado semejante al rubí mas delicado, mi rostro es de mujer, símbolo de mi grandeza, al ser ella la obra maestra de la inspiración de Dios.
¡Yo soy... El Amor!
Con esto concluyo la reunión de los sentimientos, que sonrientes se marcharon del corazón que usaron como salón de conferencias, sin darse cuenta que solo uno se quedó en el, aposentado, corazón que lo recibió con la ilusión de sentirlo eternamente.
Fue mi corazón el lugar escogido para la extraña reunión y el sentimiento que se negó a partir de el, es el amor que por ti siento.
Autor
Mortaliss
